Páginas: 192
Editorial: autopublicado
Cuando busco la inspiración, pido o me preparo un café (siempre con leche), cojo mi bolígrafo de tinta azul o coloco mis manos sobre el teclado, según esté en alguna cafetería agradable o en el silencioso despacho de mi casa, y empiezo a escribir. Y escribo cosas, cosas que pasan, que son verdad, cosas que imagino, que ni suceden ni sucederán, cosas que te harán sonreír o llorar, cosas en las que seguirás pensando durante un tiempo o cosas que olvidarás justo al pasar de página. Y doy un pequeño sorbo a mi taza de café, todavía caliente. Historias en las que la vida, con todos sus aspectos, buenos o malos, es la gran protagonista. Relatos de amores no confesados, de zapatos mágicos, de ancianos entrañables, de ilusionistas desilusionados, de sorprendentes infidelidades, de contagios cotidianos, de idas y venidas entre el cielo y el infierno, de locuras en pijama, de inquietantes herbolarios… y degusto de nuevo el café, ya más templado. Me pierdo entre sus escenarios; los concurridos mercados de Marrakech, las estrechas y húmedas calles venecianas, un auténtico café de Nueva York, un hospital parisino, y cómo no, algún que otro rincón de mi querida Barcelona. Y cuando termino de pasear, de husmear, de soñar por sus callejuelas, encontrando el fin a estas historias, siempre sucede lo mismo y, la verdad, es un fastidio porque cuando echo mano a la taza, sin haber sido consciente, se me ha enfriado el café.
Hacía muchísimo no leía libros de relatos y cuando supe del blogtour no dudé ni un poco en preguntarle al autor si podía formar parte de él. Gracias Isaac por permitirme formar parte de esto y leer tus geniales relatos. Gracias por compartir una copia digital y sobre todo por esa postal preciosa que es la portada del libro.
No quiero desvelar muchísimo ya que al ser relatos debéis descubrirlo vosotros pero lo que si tengo que destacar es la calidad que tiene cada uno de ellos, además de lo bien que escribe. He disfrutado muchísimo de cada historia siendo lo único malo que al ser tan cortas te quedas con ganas de más. Hasta ahora los relatos que había leído eran historias normales, mientras que en este libro lo que nos encontraremos será cómo ver las cosas desde una perspectiva diferente. De hecho en alguno, a pesar del título del relato, cuando lo leía yo me estaba imaginando otro narrador. Por ejemplo, el del amante. Yo estaba pensando que se estaba contando desde el punto de vista del marido, pero estaba muy equivocada.
Cosas que escribí mientras se me enfriaba el café, nos mete en esas «historias que observar», como describe Paula Campos en su prólogo de diez, en la vida de personajes cotidianos, un camarero, un jubilado. Nos mete en vidas que están en diferentes etapas de la vida. Sin miedo a equivocarme, a más de uno (yo ya incluida) estos relatos nos ayudarán en alguna situación personal pues en ellos a parte de buenas "pequeñas" historias hay grandes sentimientos detrás.
Si os animáis a leerlo, justo debajo de estas líneas dejaré el formulario para ganar un ejemplar digital de este libro que quedará abierto desde hoy hasta el 16 de julio.
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